Un viaje por los dos desiertos. Uno de Sal y Otro de arena.
MI secuencia de fotos arranca aqui, en el salar de Uyuni. Este es el comienzo de una travesía de tres días, por el salar de uyuni, por volcanes, desiertos, rocas milenarias, paisajes planos y montañosos. Una de las primeras maravillas que me sorprendieron , fueron los reflejos de agua. Una paisaje realmente mágico, que se vive y siente como una experiencia surreal, donde el horizonte vale por dos.
En el segundo día , partimos temprano, para llegar a la laguna colorada, En el camino, encontramos, volcanes, flamencos, lagunas de azufre color ocre, mas flamencos, lluvia, lagunas verdes, dunas de arena, un arbol de roca y por fin la laguna colorada. Pero mas que el destino me impresiono el camino. Estas son algunas fotos de ese trayecto.
La laguna Kara
En el horizonte llueve, y la lluvia parece no asomarse, el sol es intermitente entre lapsos de sombras y destellos fugases que se filtran entre las nubes que lentamente avanzan. Yo me pregunto si nos dará el tiempo para experimentar la magia de una tormenta en esta laguna exótica y brillante. ¿Los flamencos escaparan? ¿A donde?, me pregunto si el calor se disipara lentamente, o si la laguna crecerá algunos metros su nivel de agua y crecerá hasta tapar, sedimentar o corroer, la roca donde estoy parado. Desde esta roca puedo ver que en el horizonte emergen puntos en movimiento, que se mueven de un lado a otro, lentamente; Son turistas que recorren las inmensidad de la Laguna, apenas perceptibles a la distancia, al igual que los flamencos. .Si miras al cielo, por estos lados, todo el tiempo la lluvia parece inminente, pero hasta ahora, en ese preciso lugar, solo «se escucha» el silencio del desierto, ni mas menos que eso, es el silencio del viento.
Un hombre camina solitario en la inmensidad de la Laguna Kara. Yo lo observo parado en una roca, es apenas perceptible, me impresiona. Es la precisa definición de un Gran plano general, el hombre como un punto en el espacio. Las sombras de las nubes parecen correrse, lentamente, pero no se mueven. Si eso sucediera, el clima , de repente, se volvería curiosamente frió. La laguna se oscurecería y mi fotografía se volvería mas gris. Mientras tanto esas nubes dibujan difusas sombras sobre la arena, los volcanes y las rocas. El hombre sigue caminando, me pregunto en que irá pensando, hasta donde llegará. El paisaje es tan inmenso, tan increíble; por momentos es inmensurable a mi vista, entonces, ese hombre se ha transformado en un punto de referencia de escala entre la montaña , la laguna y yo. No puedo oir sus pasos, pero puedo imaginar cada paso sobre la costa de la laguna kara: El suelo es una especie de arcilla espesa, entre gris, verde y marrón, que huele mal, y que si la pisas , enterrás la zapatilla hasta la mitad. Hay mucho viento, y poco oxigeno, tomo un par de fotos de frente, de abajo, hacia el costado, picado , contrapicado, cambio de lentes, descanso, intento volver a respirar, y luego de unos minutos vuelvo a observar. El hombre que habia observado al principio, se detiene, comienza a volver, y ese «punto» se vuelve cada vez mas grande, pero sigue siendo un punto. A mi por lo pronto me toca bajar de esta roca lentamente. Este ha sido un parada importante en las escalas hasta la laguna colorada. La laguna Kara (o Khara) es una laguna salada alto andina ubicada al sur-oeste del departamento de Potosí, a una altura de 4522 msnm. Esta es la puerta al Desierto de Atacama. El viaje de los dos desierto, uno de sal, y uno de arena.